Datos del Coordinador confirman que aporte de la hidroeléctricidad ha disminuido durante los últimos 11 años, pero que no existen riesgos en el abastecimiento de energía
El aporte de la producción hidroeléctrica al Sistema Eléctrico Nacional ha disminuido durante los últimos 11 años, debido a la escasez de precipitaciones. Sin embargo, nuestros estudios de seguridad nos señalan que no existen riesgos de abastecimiento debido a que tenemos una matriz de generación diversa.
(La Tercera-Pulso) La sequía en la zona central anotó uno de sus más duros capítulos este año. Y entre sus múltiples damnificados está la hidroelectricidad, que completó cuatro años aportando menos del 25% de la energía requerida en invierno.
Según cifras del Coordinador Eléctrico Nacional, mientras en el invierno (mayo-agosto) del período 2010-2015 la hidroelectricidad -contando las centrales de embalse y de pasada- representó en promedio el 40,7% de la producción de esta energía, en el período 2016-2019 bajó a 24,4%.
El descenso de este aporte ha debido ser suplido con mayor producción termoeléctrica -principalmente a gas y a carbón- y el creciente parque renovable variables (eólico y solar), tecnologías que han venido avanzando fuertemente en los últimos años, pasando de un aporte de 0,73% en el invierno de 2010 a 13,3% este año, el más alto desde que se tiene registro.
Estabilidad del sistema
Pero, a diferencia de lo que ocurría en décadas anteriores cuando el aporte de las centrales hidroeléctricas significaba apagones y bruscas alzas de precios, cae, esta vez no se han visto afectados ni la seguridad del sistema ni los precios, que se mantienen en niveles en torno a los US$50 por MWh.
Ello, principalmente por la mayor penetración renovable y la baja en los precios de combustibles como el gas y el carbón.
“El aporte de la producción hidroeléctrica al Sistema Eléctrico Nacional ha disminuido durante los últimos 11 años, debido a la escasez de precipitaciones. Sin embargo, nuestros estudios de seguridad nos señalan que no existen riesgos de abastecimiento debido a que tenemos una matriz de generación diversa”, comentan desde el Coordinador Eléctrico.
La entidad agrega que en épocas de sequía, las centrales hidráulicas disminuyen su aporte energético al sistema de la siguiente manera: las centrales de pasada, que no tienen capacidad de regulación, generan de acuerdo con los caudales afluentes. Es decir, si este trae menos caudal, la producción cae. En el caso de las centrales de embalse, estas optimizan su producción de energía, haciendo un uso adecuado del agua embalsada, de acuerdo con los programas de generación que establece el Coordinador.
El año que viene, en tanto, la situación se espera más o menos igual. “Los estudios que dispone el Coordinador hasta el momento, nos indican que hasta marzo del año 2020, que es cuando se constata el nivel más bajo de los deshielos, se observan condiciones secas desde la cuenca del río Maule al norte, y condiciones medias a secas desde la cuenca del río Laja hacia el sur”, añade el organismo.
El año que viene, no obstante, entrará al sistema Alto Maipo, que aportará 531 MW hidro al sistema eléctrico.
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